miércoles, 4 de septiembre de 2013

Teoría Antártica del Poblamiento de América
Reconoce el origen asiático de los americanos, pero postula que pudieron pasar desde Australia a la Antártica, gracias a una regresión glacial, que permitió su sobrevivencia en ese continente, y de allí a América poblándola de sur a norte.

El poblamiento de América se desarrolló durante el período que la geología a llamado Cuaternario.
Geológicamente, este período se divide en: Plesitoceno y Holoceno. Al Pleistoceno se le denomina la edad de las glaciaciones, con una duración de aproximadamente 3 millones de años; y al Holoceno o Reciente, porque en él vivimos, el período postglacial, a la que los geólogos dan comienzo hace 10.000 años.
Las glaciaciones fueron fenómenos climáticos que modificaron profundamente el relieve continental y los sucesivos cambios del nivel del mar. Para comprender mejor esto los glaciares son masas de hielo que desde la región de las nieves eternas, donde se origina, desciende a niveles inferiores en virtud de un paulatino deslizamiento, formando un verdadero “río de hielo” que se adapta a la mayor parte del terreno por donde se desliza. La progresión de la lengua del glaciar continúa hasta llegar a zonas de mayor temperatura donde lentamente va fundiéndose formando la cabecera de un río o un lago.
La llegada de grupos humanos al continente americano se calcula hace 30.000 o 40.000 años, edad propuesta en base a numerosos hallazgos en la región noroccidental del continente (Estrecho de Bering, Alaska, Canadá y Estados Unidos) que, además, ratifican a Asia como la región de origen de estos pobladores.
Una aproximación cronológica para ubicar en el tiempo el poblamiento del continente americano, son los siguientes hallazgos,: huesos de mamuts enanos que parecen fueron quemados en un fogón, encontrados en la Isla de Santa Rosa frente a las costas del sur de California, datan de 29.000 años (C14). Una tibia de caribú convertida en raspador, encontrada en el territorio del Yukón, Canadá, con una edad de 27.000 años (C14). Un cráneo encontrado en la ciudad de Los Angeles, fechado a través del método de los componentes proteínicos del hueso, con una antigüedad de 23.600 años. Una pelvis de bisonte cortada por un instrumento filoso, encontrada en el sitio American Falls en el estado de Idaho, presenta una fecha aproximada de 30.000 años. Sitios como Lewisville en Texas, dan fechas superiores a 38.000 años.
Estas fechas no son compartidas por muchos investigadores, argumentando la existencia poco confiable del contexto arqueológico, y plantean que los restos humanos más antiguos de Norteamérica, son los pertenecientes a la tradición de caza mayor de las praderas, fechados , por radiocarbono, entre 13.000 y 11.000 años.
Cuando estos grupos empezaron a penetrar hacia el sur, se abrió ante ellos un territorio nuevo, con clima, flora y fauna distinta y desconocidas, a cuya explotación tenían que habituarse.
Mantenían una cultura material reducida a lo más mínimo, pues había que desplazarse constantemente, en búsqueda del sustento, marchando tras las manadas que huyen de las acciones depredatorias y que suelen migrar con los cambios de estación o debido al clima cambiante.
Por su carácter mismo de nómada, la gente de entonces no llegó a levantar construcciones arquitectónicas. La vivienda dependía más de lo que ofrecía la naturaleza (por ejemplo, cuevas o abrigos rocosos) que de otra cosa.
En un artículo publicado por el Mercurio, se dice que en el pueblo Chinchorro, que habitó desde lo que hoy es Ilo (Perú) a Antofagasta, entre los años 6 mil y 2 mil Antes de Cristo, podrían estar las claves del poblamiento aborigen de nuestro país, según modelos paleomigratorios elaborados por el Programa de Genética Humana de la Universidad de Chile.
Científicos descifran datos genéticos conservados gracias a técnicas mortuorias desarrolladas por ese pueblo de pescadores y recolectores, que habito el norte chileno entre el 6 mil y el 2 mil antes de Cristo.
Rothhamer planteó que estos modelos son esenciales también para comprender el origen y la identidad de la población nacional, ya que los estudios revelan que el 40 % de los genes de un chileno promedio son indígenas, proporción que aumenta en los estratos socioeconómicos bajos (50 %) y disminuye en los altos (del 27 al 0 %).
En tanto, análisis de ADN mitocondrial -ubicado en el citoplasma celular, por lo que no se modifica por el aporte paterno- permiten plantear que el 80 % de los chilenos tiene por línea femenina antecesores indígenas.
Esto se realiza sobre la base de comparar las secuencias genéticas de restos humanos de hasta 7 mil años de antigüedad, cuyas muestras son facilitadas por el antropólogo Eugenio Aspillaga. El estudio se fundamenta en que mientras mayor es la concordancia, menor es la distancia genética; de una manera similar a como la lingüística determina el origen común y el surgimiento de los idiomas.
Basándose en el ADN mitocondrial, Rothhammer postula que una sola gran migración hacia América, iniciada hace unos 25 mil años, pobló nuestro continente cruzando desde lo que hoy es Asia a través del estrecho de Bering.
A diferencia del ADN del núcleo, el mitocondrial no modifica su composición con el aporte del padre, por lo que se mantiene inalterado a través de las generaciones. Debido a que existe una frecuencia única para toda América del Norte, Centro y Sur, no se puede hablar de genes diferentes.
En relación al poblamiento de Sudamérica, su modelo plantea que hubo una migración única al subcontinente iniciada hace unos 15 mil años. Desde el istmo de Panamá un grupo paleoindio se desplazó hacia el sur para asentarse en el Altiplano, mientras que otro se internó hacia la floresta tropical del este.
Cerca del 2 mil Antes de Cristo un grupo proto arawak se desplazó por el río Amazonas hasta la ceja de selva boliviana y subió al Altiplano para mezclarse con el grupo anterior en torno al lago Titicaca. De estas poblaciones, algunos grupos se desprendieron al Pacífico.

Esta mezcla de grupos paleoindios y proto arawak habría dado origen a la población andina que, a juicio de Rothhammer, es base en los aportes genéticos de los aborígenes chilenos.
TEORIAS DEL POBLAMIENTO DE AMÉRICA

Recopilado por: Marcelo Calderón Flores.

viernes, 10 de septiembre de 2010

EL MUNDO COLONIAL HISPÁNICO COMO PRODUCTO DE LA TRADICION EUROPEA Y ANDINA


Entre mediados del siglo XVI y comienzos del XIX, en la mayor parte del territorio americano, la corona española ejerció un proceso de dominación, conocido como la época colonial।

Durante ese período, el control de la metrópoli sobre sus colonias era total. Las actividades productivas, el sistema administrativo y todas las acciones y manifestaciones cotidianas funcionaban a partir de los principios y normas fijados desde España, lo cual garantizaba la estabilidad de su imperio.
El período colonial reviste gran importancia dentro del proceso de formación del pueblo latinoamericano, al desarrollarse en esa época un amplio mestizaje, debido a la exploración y el poblamiento de extensas regiones, y a la formación de centros urbanos, proceso mediante el cual se vinculó al continente americano al mercado mundial capitalista como proveedor de materias primas y consumidor de manufacturas europeas. La magnitud e importancia de este período justifican dedicar algunas sesiones de clase al análisis del paisaje geográfico en la época colonial y al proceso de desarrollo histórico de la dominación española.
A continuación, se presentan algunos fundamentos teóricos que permitirán elaborar esquemas conceptuales sobre el aspecto físico y las actividades productivas de la Colonia:
Aspecto geográfico
Para analizar los paisajes en la fase colonial es importante tener en cuenta que durante los siglos XVI a XVIII predominaba el paisaje natural, es decir, zonas en las cuales no se había presentado la intervención humana। Esto debido a que el crecimiento demográfico era limitado y a que la población existente se concentraba en zonas reducidas y tradicionales. En Europa, por ejemplo, la población se localizaba en las zonas planas cercanas a los ríos y en las costas pobladas desde la antigüedad. De manera que existían enormes territorios cubiertos de bosques que aún no habían sido explorados y mucho menos vinculados a los procesos productivos.

En América durante el siglo XVIII, en pleno apogeo colonial, se podían identificar las siguientes regiones geográficas:
· La franja costera nororiental de Norteamérica, zona de colonización inglesa, donde se establecieron las trece Colonias. Se destaca por su creciente poblamiento y por la expansión de actividades agrícolas, mineras y manufactureras. Su actividad comercial se centró en el puerto de Boston.
· El altiplano mexicano, región densamente poblada y corazón del Virreinato de la Nueva España. Esta región estaba controlada desde un importante número de centros urbanos, entre los que sobresale México; en ella se desarrollaban las actividades agropecuarias y mineras que utilizaban gran cantidad de mano de obra indígena.
· Las Antillas conformadas por Cuba, Jamaica, La Española y Puerto Rico. En estas islas se destacó la agricultura de plantación de caña de azúcar, tabaco, cacao y algodón, que utilizó fuerza de trabajo negra esclava. También fue importante la actividad comercial favorecida por la existencia de diferentes puertos como La Habana, Kingston y San Juan.
· Las áreas portuarias continentales como Portobello en el istmo de Panamá, Cartagena en la Nueva Granada y Caracas en la Capitanía de Venezuela. En estas regiones aledañas predominó el comercio, allí llegaban las mercancías europeas y desde allí se exportaban los productos agrícolas de las plantaciones aledañas que utilizaron fuerza de trabajo esclava.
· El Virreinato de la Nueva Granada, tuvo pequeñas subregiones, como:
El Altiplano Cundiboyacense। Región conformada por haciendas y estancias que utilizaban el trabajo indígena controlado desde la capital Santafé de Bogotá.

La zona antioqueña। Centrada en la minería del oro en pequeña escala y gobernada desde Santafé de Antioquia.

El gran Cauca. Comprendía los altiplanos del sur hasta la región chocoana; la minería se realizaba con cuadrillas de esclavos y la agricultura en haciendas que utilizaban la mano de obra de la abundante población indígena.
La región oriental. Conformada por el actual departamento de Santander, estuvo dedicada a la agricultura y a la manufactura realizada por un reducido número de colonos blancos y mestizos.
· La región occidental, conformada por la costa y la zona montañosa andina del virreinato del Perú –actuales Ecuador, Perú y Bolivia– estuvo densamente poblada por comunidades indígenas vinculadas al trabajo agrícola y minero, y controladas desde Lima donde residía la población blanca.
· La región aledaña a Buenos Aires, que estaba dedicada al comercio y la agricultura realizadas por colonos blancos. Allí la población nativa fue desplazada hacia el interior.
· La costa suroriental de Brasil, donde se concentró al colonización portuguesa con sus puertos y enormes plantaciones tropicales de caña, tabaco que utilizó trabajo esclavo.
Aparte de las anteriores regiones geográficas, el resto de América que comprendía la mayor superficie, se encontraba prácticamente deshabitado y desvinculado del sistema administrativo y productivo colonial. Es así como las llanuras canadienses, la llanura central y la costa oeste norteamericanas, Centroamérica, los valles interandinos colombianos, los llanos colombo-venezolanos, la llanura amazónica, el Gran Chaco y la Pampa argentina eran extensas zonas cubiertas de bosques, pastizales y selvas en las cuales habitaban comunidades indígenas seminómadas que no habían sido sometidas por los blancos y que conservaban, tanto sus formas productivas de subsistencia, como sus tradiciones culturales. La exploración de esas tierras y el sometimiento o la eliminación de dichas comunidades se iniciaron después de la segunda mitad del siglo XIX.
Aspecto productivo:
Como la época colonial hispánica está enmarcada dentro del capitalismo comercial (la primera fase del capitalismo) inspirado en la teoría mercantilista que daba la mayor importancia a la actividad comercial y a la acumulación de metales preciosos; la metrópoli se concentró en los siguientes frentes:
· Controlar la fuerza de trabajo indígena, a través de las instituciones socioeconómicas como la encomienda, la mita y el resguardo que utilizó la mano de obra indígena en la explotación minera, la producción agrícola de haciendas y estancias, para el trabajo doméstico y como cargueros de productos. Posteriormente, con la trata negrera se introdujo la fuerza de trabajo africana para la minería de cuadrilla y para las grandes plantaciones tropicales de exportación.
· Explotar al máximo los yacimientos de oro y plata, pues era la mayor fuente de recursos fiscales del Estado colonial y el principal medio de pago de las manufacturas importadas.
· Mantener el monopolio comercial sobre toda actividad mercantil, entre Europa y las colonias. El Estado asumió el control del intercambio imponiendo puertos únicos, lista de productos de comercialización permitida, fechas de viajes y un extenso listado de impuestos mercantiles, tales como la alcabala, el quinto real, la sisa, la avería y el de la armada de barlovento. Además, por medio de los estancos, monopolizó la producción y venta de ciertos bienes y servicios de gran demanda, como el tabaco, el aguardiente, la sal y los juegos de azar.
· Favorecer la agricultura de plantación. Los cultivos intensivos de tabaco, algodón, cacao y caña de azúcar, desarrollados por empresarios con fuerza de trabajo esclava, recibieron mayor impulso tecnológico gracias a su importante demanda por parte de la naciente manufactura europea.
A pesar de los esfuerzos de la metrópoli, la economía colonial, que giró en torno a las necesidades de la metrópoli, tuvo una serie de dificultades entre las que se destacan: la utilización de gran cantidad de mano de obra con poca productividad; la debilidad, en muchos casos inexistencia, de un mercado interno que dinamizara la producción local y la vinculara con regiones vecinas; la escasez de capitales para invertir en sectores productivos; la inexistencia de una manufactura local capaz de competir con los productos europeos; las dificultades en las comunicaciones por ausencia de caminos adecuados; y, los obstáculos oficiales que entorpecían la creación de empresas o negocios particulares. Estas situaciones terminaron por moldear una economía dependiente en la cual las colonias americanas simplemente asumieron el papel de abastecedoras de ciertas materias primas y consumidoras de manufacturas europeas, especialmente de origen inglés.
América colonial: sociedad, administración y cultura
En esta sesión se pueden describir los otros aspectos que caracterizaron al período colonial tales como la sociedad, la administración y la cultura colonial:
1। La sociedad colonial: desde el siglo XVI en la sociedad colonial se destacó el poder de los encomenderos que eran españoles a quienes la corona les entregaba un grupo de indígenas junto con sus tierras para que los protegieran y les enseñaran la religión católica. Estos encomenderos conformaron una casta social poderosa gracias al trabajo tributario indígena y a la paulatina apropiación de sus tierras. Estos representantes de la Corona, controlaban la administración local a través del cabildo, que era una institución conformada por regidores o representantes de los notables y que se encargada de la administración local; además deseaban mantener un estilo de vida similar al de los grandes señores que conformaban la nobleza española, por lo tanto se preocupaban por obtener una genealogía que legitimara la nobleza de sus apellidos, la pureza de sangre, es decir, que sus antepasados no hubieran sido ni judíos ni conversos y que en América no se hubieran mezclado con indígenas ni negros; y su tradición cristiana. A lo largo de la Colonia se sumaron a estos encomenderos importantes mineros y comerciantes. Para reafirmar su posición, esta casta estableció grandes diferencias de trato hacia mestizos, indígenas y negros. Además acentuaron estas diferencias con el uso de escudos, blasones, utensilios y prendas de vestir especiales. Sus viviendas, por lo general de dos pisos y construidas al estilo español, fueron otra característica de esa casta social. De manera que la sociedad colonial se estratificaba a partir tanto de la riqueza, el poder y el estatus, como de la pureza de sangre, donde el color de la piel determinaba en gran medida la posición social de las personas, aspectos que se sintetizan en el siguiente esquema:Otro aspecto destacado de la sociedad colonial lo constituyó la organización de la ciudad, donde se materializó la mentalidad urbana de la Europa renacentista, que albergó todos los estratos sociales, étnicos y culturales. La ciudad colonial sirvió para controlar la sociedad, facilitó la comunicación y la diferenciación social a través de celebraciones civiles y religiosas; de igual manera fue el lugar del madresolterismo y del mestizaje étnico y cultural, gracias al contacto cotidiano de todas las clases sociales. Allí se consolidaron todas las profesiones nobles y los oficios, de menor consideración social, aunque de gran valor productivo. Los habitantes de la ciudad se dividieron en vecinos o propietarios que concentraron el poder local y moradores que eran todos los habitantes españoles y criollos de la ciudad pero sin propiedad. Las ciudades coloniales se construyeron siguiendo las orientaciones de la Corona y manteniendo la idea de la cuadrícula española, originada en el campamento romano, que permite el crecimiento urbano a partir de la plaza central, tal como aparece en este diagrama:

2. La administración colonial: las potencias coloniales hispánicas organizaron la administración de sus dominios en América bajo los siguientes principios:
· Centralismo: la monarquía absoluta gobernaba sus dominios desde Madrid con un rígido sistema de leyes que era puesto en práctica por una burocracia bien jerarquizada.
· Reglamentarismo: todas las actividades y funciones de los súbditos y de los funcionarios estaban reglamentadas mediante leyes, cédulas reales, acuerdos de las audiencias y resoluciones de los cabildos.
· Intervencionismo: el Estado intervenía en todas las actividades cotidianas como profesiones, educación, vestidos, armas que se podían llevar y en la comercialización de todos los bienes.
· Uniformidad: se aplicaban normas y se tenían instituciones comunes para todo el territorio colonial.
· Casuismo: se legislaba para responder a las necesidades del momento.
· Burocratismo: el Estado era el principal empleador y además entre españoles y criollos existía un marcado rechazo al trabajo manual por lo que éstos sólo aspiraban a vincularse con la administración pública. La burocracia se caracterizó por su falta de preparación, propensión a la corrupción y recibir numerosas prebendas.
· Concentración de poderes: el Rey concentraba todo el poder, pero delegaba en sus funcionarios algunas facultades para legislar, gobernar y juzgar.
· Control recíproco: la administración colonial se basaba en la desconfianza y el temor al abuso del poder, por lo que las instituciones se vigilaban mutuamente e influían en las decisiones de las otras. Esto se complementaba con medidas de control sobre ciertos funcionarios, así se usaba el juicio de residencia y la visita.La administración colonial estaba organizada de la siguiente manera:
La cultura colonial: desde la llegada de los europeos a América, se impusieron sus valores, principios y manifestaciones culturales. Toda la cultura de los pueblos indígenas fue relegada a un segundo plano e incluso prohibida tal como sucedió con las manifestaciones y fiestas religiosas nativas, de manera que se implantaron las lenguas peninsulares, es decir, el castellano y el portugués, la religión católica, las costumbres y todas las formas de expresión folclórica de los colonizadores blancos.
En general, los peninsulares y criollos impusieron sus valores culturales gracias a la influencia de la Iglesia católica que, además de tener gran poder económico, controlaba la educación, la evangelización y por lo tanto las festividades y el arte.
Sin embargo, es importante anotar que con el correr de los años se fueron consolidando una serie de manifestaciones culturales mestizas, producto de la mezcla de expresiones peninsulares con algunas manifestaciones de la cultura indígena y de los aportes introducidos por los esclavos africanos.

martes, 26 de enero de 2010

GLOBALIZACIÓN Y NEOLIBERALISMO: UN RETO PARA AMÈRICA LATINA

Si quisiéramos ponerle un punto de partida o de génesis a la globalización, que nos permita reconocer a este sistema, diríamos que surge simultáneamente con el neoliberalismo y que éste a su vez se convierte en su principal instrumento de entrada a los países. Pero, tendríamos que ver más atrás aun, remontarnos a Inglaterra de 1 835, donde el suizo Simonde de Sismondi, después de varias visitas y de observar las condiciones duras del obrero inglés, escribió en su tratado de economía política que: las teorías del liberalismo, puestas en práctica, han servido solo para acrecentar las riquezas de los menos que son los ricos, en detrimento de la capacidad de consumo de la población que son los mas pobres. Estos sistemas se van a ser mas notorios cuando se pone fin a la crisis de la guerra fría que tenía enfrentada a las dos potencias del mundo (Estado Unidos de Norteamérica contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y se va ha consolidar con la caída del Muro de Berlín en 1 989. A partir de ese momento en distintas partes del mundo, se están pronunciado discursos en contra de los efectos que están generando tanto la globalización como las políticas neoliberales, tanto en los países en vías de desarrollo como América Latina, África y algunos países asiáticos, sino también en los países con alto nivel de desarrollo, donde las grandes masas de población, que son pobres, están llegando a una situación degradante.
La Globalización neoliberal parece propiciar una creciente interdependencia de los pueblos del mundo. En principio parece que ofrece grandes oportunidades para enriquecer las vidas de las personas y crear una comunidad mundial basada en valores compartidos, pero el hecho cierto es que en este fenómeno de globalización neoliberal, ha hecho de que el poder real económico y político lo ejerzan las corporaciones multinacionales, que al amparo y la protección de los gobiernos de turno, a los que van a manipular y corromper con prebendas y sobornos y por lo mismo, servirse de ellos; los mercados dominan el proceso, los beneficios y las oportunidades no se comparten de manera equitativa, dando como resultado un nuevo mundo "bipolar" notablemente desequilibrado, con un "polo norte" opulento y rico y un " polo sur donde viven las tres cuartas partes de la humanidad, desprotegido y pobre
La globalización neoliberal expresa un salto cualitativo en la fase imperialista del capitalismo desarrollado, caracterizado no solo por una extensión geográfica global, sino también por abarcar la globalidad de las relaciones humanas. Dos fenómenos han posibilitado este salto cualitativo: la última revolución técnico-científica y la desaparición -tras la caída del muro de Berlín- del contrapeso que suponía la existencia del mundo socialista. Expresa la alta concentración de poder (económico, científico-técnico, cultural y militar) que ambos acontecimientos han puesto en sus manos y la amenaza que ello representa para la inmensa mayoría de la humanidad. Se ha producido, una polarización del poder a escala global en un doble sentido: una minoría sin precedentes acumula un poder sin precedentes. Si las grandes empresas capitalistas siempre se han comportado como poderes fácticos internos de los estados, condicionando su política, hoy un puñado de gigantescas corporaciones multinacionales, estrechamente relacionadas entre sí, condiciona -cuando no dictan- la política de los estados desde fuera de esos estados, y sin ningún control democrático. El Estado-nación ha desaparecido, de hecho, como ente soberano; su soberanía política, militar y cultural ha sido absorbida por El Imperio. Estamos ante un corte virtual que actúa como "gobierno mundial en la sombra" (N. Chomsky) a través de organismos sin rostro, como el FMI, la OMC o la OCDE, cuya función va a radicar en facilitar vía empréstitos ingentes sumas de dinero a los países pobres que a la postre va ha provocar un endeudamiento externo aplastante, -a tal punto que en algunos casos se conviertan en deudas impagables-. Ante esta disyuntiva, las transnacionales van a “negociar” esas deudas, permitiendo de esta manera, apropiarse de los recursos naturales como materias primas, recursos no renovables y biodiversidad, bajo la mentira de la creación de empleos vía inversiones de capital extranjero. Estamos, en suma, en el umbral de una dictadura global.
Con respecto a la mercadotecnia, las empresas que se entonan al mercado neoliberal, van a recurrir a propaganda engañosa a través de los diferentes medios de comunicación masiva, de que cada producto de “marca” que van a salir al mercado. Estas marcas son consideradas como símbolo de estatus, imagen de poder, de élite social, y los van ha convertir en consumidores manipulados por la publicidad. No saben que esos productos han sido producidos en condiciones infrahumanas, donde había explotación infantil, discriminación de género, largas jornadas de trabajo, sueldos de hambre, contaminación y deterioro del medio ambiente.
Hoy por hoy, Las voces reclamantes y protestantes contra este sistema, fueron denominadas peyorativamente como “globalifóbicas” con el único propósito de amordazarlos y desacreditarlos, sin embargo, las nuevas generaciones, están asumiendo un papel protagónico, están poniendo su grano de arena, para la transformación de sus recursos naturales en productos elaborados, dándole así un valor agregado, en la cadena de producción. También, debemos aprender a pensar en términos de beneficios colectivos, renovando nuestro respeto al medio ambiente, a nuestros semejantes y a la sociedad en general
En conclusión, advertimos cómo ha sido hasta hoy el mundo global neoliberal, sino a expensas y por obra y gracia de las miserias humanas y la voracidad de los imperios. ¿Que es pues la globalización tal y como la conocemos, sino la manifestación concreta de ese expansionismo ilimitado e insaciable, que se nos presenta acompañado de un "orden universal “que solo los "ciudadanos cultos" dan por bueno, la cual en el orden mundial a través del que se manifiesta es antidemocrático y orgánicamente reaccionario, su totalitarismo es absoluto y arrasador.

martes, 19 de enero de 2010

LA MIGRACIÓN EN LATINOAMÉRICA EN EL SIGLO XIX

Este es un breve resumen que intenta explicar los grandes movimientos migratorios en los países de Latinoamérica, teniendo en cuenta las características asumidas en las distintas regiones y sus relaciones con los países europeos mas industrializados.
La depresión demográfica causada por la invasión y colonización, redujo considerablemente la población en las zonas más pobladas, como en México y Perú principalmente. La política poblacional encaminada principalmente por España y Portugal fue de alguna manera limitada y controlada por las metrópolis coloniales. En estas circunstancias, la mano de obra intensiva se hizo notar, principalmente en la haciendas. Esta fue cubierta con la importación de población africana en condiciones de esclavitud; fenómeno que tuvo lugar hasta 1850. En adelante se intentó sustituir la mano de obra esclava por la población china (coolies). Solo dio resultado en Perú y Cuba.
Posteriormente, en las nuevas repúblicas, el despoblamiento fue considerado como un impedimento para el progreso, y la identificación de población con riqueza. Esta idea se fue tornando en un proyecto político entre los diferentes líderes de la Independencia, para luego convertirse en una necesidad de incorporar migrantes europeos, preferentemente originarios del norte de Europa, con el fin de aprovechar su tecnología de “vanguardia”, su espíritu “emprendedor” y de “trabajo”, a esto hay que agregarle “rasgos genotípicos de orden, disciplina y templanza”; requisitos mas que suficientes, para desarrollar el proceso civilizatorio y de progreso cultural. Como se ve, lo que se buscaba, explícitamente, era “mejorar la raza”, es decir, querían “blanquearse”. De esta manera, la élite de los criollos dominantes buscaba tener predominancia y dominio sobre el resto de mestizos, mulatos, indígenas, quienes habían jugado un papel importante en las guerras independentistas y guerras civiles, y por lo mismo habían alcanzado altos niveles de autonomía y de decisión y de confianza en su poder.
Sin embargo, Europa en ese momento pasaba por una etapa de supremacía. Su superioridad no solo era económica, sino también racial. Sin embargo, pensar solo como “mano de obra” en esta población era ilógica. El factor económico fue importante, pero, fue supeditada en cierta forma a los aspectos raciales, intelectuales y morales.
El proyecto de la inmigración europea fue considerado de suma importancia para algunos gobiernos latinoamericanos. Para ello se elaboro leyes y se dicto medidas orientadas a ese fin, prueba de ello tenemos la llegada masiva de inmigrantes europeos a Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera década del XX.
De los 12 millones de personas que llegaron a Latinoamérica, 6,4 millones llegaron a Argentina, 4,4 millones al Brasil, 800 000 a cuba, y otro tanto a Uruguay; el resto se distribuyó en cantidades menores por los otros países de Latinoamérica. Las causas para que algunas zonas tuvieran éxito fueron variadas. La integración al circuito económico internacional, de la magnitud en las exportaciones de materias primas y de las inversiones de países industrializados, que resultaron en tempranos procesos de modernización de los sistemas productivos.
Los inmigrantes europeos se dedicaron principalmente a desarrollar la agricultura, especialmente, donde aun había tierra disponible a su llegada. Pero, también contribuyeron a conformar los primeros ejércitos de asalariados urbanos, de pequeños comerciantes y de industrias elementales incipientes.
La inmigración europea “obnubiló” de alguna manera la mente de los lideres de las nuevas repúblicas, por que no les dejo percibir algunos fenómenos que, en cambio, estuvo presente desde la formación de las nuevas repúblicas americanas. Por un lado, la migración entre países de la región tuvo lugar, con particular intensidad en algunos espacios en los que existían vinculaciones económicas, culturales y étnicas anteriores o, que habían conformado unidades administrativas únicas durante la colonia. Las fronteras administrativas entre países dividieron comunidades con fuertes lazos de convivencia preexistentes. Por otro, la política inmigracionista de las nuevas repúblicas, no contemplo prácticamente, planes de inserción laboral de la población indígena o nativa, para lo cual, en muchos aspectos, hubiera representado costos mas reducidos para el estado.