martes, 26 de enero de 2010

GLOBALIZACIÓN Y NEOLIBERALISMO: UN RETO PARA AMÈRICA LATINA

Si quisiéramos ponerle un punto de partida o de génesis a la globalización, que nos permita reconocer a este sistema, diríamos que surge simultáneamente con el neoliberalismo y que éste a su vez se convierte en su principal instrumento de entrada a los países. Pero, tendríamos que ver más atrás aun, remontarnos a Inglaterra de 1 835, donde el suizo Simonde de Sismondi, después de varias visitas y de observar las condiciones duras del obrero inglés, escribió en su tratado de economía política que: las teorías del liberalismo, puestas en práctica, han servido solo para acrecentar las riquezas de los menos que son los ricos, en detrimento de la capacidad de consumo de la población que son los mas pobres. Estos sistemas se van a ser mas notorios cuando se pone fin a la crisis de la guerra fría que tenía enfrentada a las dos potencias del mundo (Estado Unidos de Norteamérica contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y se va ha consolidar con la caída del Muro de Berlín en 1 989. A partir de ese momento en distintas partes del mundo, se están pronunciado discursos en contra de los efectos que están generando tanto la globalización como las políticas neoliberales, tanto en los países en vías de desarrollo como América Latina, África y algunos países asiáticos, sino también en los países con alto nivel de desarrollo, donde las grandes masas de población, que son pobres, están llegando a una situación degradante.
La Globalización neoliberal parece propiciar una creciente interdependencia de los pueblos del mundo. En principio parece que ofrece grandes oportunidades para enriquecer las vidas de las personas y crear una comunidad mundial basada en valores compartidos, pero el hecho cierto es que en este fenómeno de globalización neoliberal, ha hecho de que el poder real económico y político lo ejerzan las corporaciones multinacionales, que al amparo y la protección de los gobiernos de turno, a los que van a manipular y corromper con prebendas y sobornos y por lo mismo, servirse de ellos; los mercados dominan el proceso, los beneficios y las oportunidades no se comparten de manera equitativa, dando como resultado un nuevo mundo "bipolar" notablemente desequilibrado, con un "polo norte" opulento y rico y un " polo sur donde viven las tres cuartas partes de la humanidad, desprotegido y pobre
La globalización neoliberal expresa un salto cualitativo en la fase imperialista del capitalismo desarrollado, caracterizado no solo por una extensión geográfica global, sino también por abarcar la globalidad de las relaciones humanas. Dos fenómenos han posibilitado este salto cualitativo: la última revolución técnico-científica y la desaparición -tras la caída del muro de Berlín- del contrapeso que suponía la existencia del mundo socialista. Expresa la alta concentración de poder (económico, científico-técnico, cultural y militar) que ambos acontecimientos han puesto en sus manos y la amenaza que ello representa para la inmensa mayoría de la humanidad. Se ha producido, una polarización del poder a escala global en un doble sentido: una minoría sin precedentes acumula un poder sin precedentes. Si las grandes empresas capitalistas siempre se han comportado como poderes fácticos internos de los estados, condicionando su política, hoy un puñado de gigantescas corporaciones multinacionales, estrechamente relacionadas entre sí, condiciona -cuando no dictan- la política de los estados desde fuera de esos estados, y sin ningún control democrático. El Estado-nación ha desaparecido, de hecho, como ente soberano; su soberanía política, militar y cultural ha sido absorbida por El Imperio. Estamos ante un corte virtual que actúa como "gobierno mundial en la sombra" (N. Chomsky) a través de organismos sin rostro, como el FMI, la OMC o la OCDE, cuya función va a radicar en facilitar vía empréstitos ingentes sumas de dinero a los países pobres que a la postre va ha provocar un endeudamiento externo aplastante, -a tal punto que en algunos casos se conviertan en deudas impagables-. Ante esta disyuntiva, las transnacionales van a “negociar” esas deudas, permitiendo de esta manera, apropiarse de los recursos naturales como materias primas, recursos no renovables y biodiversidad, bajo la mentira de la creación de empleos vía inversiones de capital extranjero. Estamos, en suma, en el umbral de una dictadura global.
Con respecto a la mercadotecnia, las empresas que se entonan al mercado neoliberal, van a recurrir a propaganda engañosa a través de los diferentes medios de comunicación masiva, de que cada producto de “marca” que van a salir al mercado. Estas marcas son consideradas como símbolo de estatus, imagen de poder, de élite social, y los van ha convertir en consumidores manipulados por la publicidad. No saben que esos productos han sido producidos en condiciones infrahumanas, donde había explotación infantil, discriminación de género, largas jornadas de trabajo, sueldos de hambre, contaminación y deterioro del medio ambiente.
Hoy por hoy, Las voces reclamantes y protestantes contra este sistema, fueron denominadas peyorativamente como “globalifóbicas” con el único propósito de amordazarlos y desacreditarlos, sin embargo, las nuevas generaciones, están asumiendo un papel protagónico, están poniendo su grano de arena, para la transformación de sus recursos naturales en productos elaborados, dándole así un valor agregado, en la cadena de producción. También, debemos aprender a pensar en términos de beneficios colectivos, renovando nuestro respeto al medio ambiente, a nuestros semejantes y a la sociedad en general
En conclusión, advertimos cómo ha sido hasta hoy el mundo global neoliberal, sino a expensas y por obra y gracia de las miserias humanas y la voracidad de los imperios. ¿Que es pues la globalización tal y como la conocemos, sino la manifestación concreta de ese expansionismo ilimitado e insaciable, que se nos presenta acompañado de un "orden universal “que solo los "ciudadanos cultos" dan por bueno, la cual en el orden mundial a través del que se manifiesta es antidemocrático y orgánicamente reaccionario, su totalitarismo es absoluto y arrasador.

martes, 19 de enero de 2010

LA MIGRACIÓN EN LATINOAMÉRICA EN EL SIGLO XIX

Este es un breve resumen que intenta explicar los grandes movimientos migratorios en los países de Latinoamérica, teniendo en cuenta las características asumidas en las distintas regiones y sus relaciones con los países europeos mas industrializados.
La depresión demográfica causada por la invasión y colonización, redujo considerablemente la población en las zonas más pobladas, como en México y Perú principalmente. La política poblacional encaminada principalmente por España y Portugal fue de alguna manera limitada y controlada por las metrópolis coloniales. En estas circunstancias, la mano de obra intensiva se hizo notar, principalmente en la haciendas. Esta fue cubierta con la importación de población africana en condiciones de esclavitud; fenómeno que tuvo lugar hasta 1850. En adelante se intentó sustituir la mano de obra esclava por la población china (coolies). Solo dio resultado en Perú y Cuba.
Posteriormente, en las nuevas repúblicas, el despoblamiento fue considerado como un impedimento para el progreso, y la identificación de población con riqueza. Esta idea se fue tornando en un proyecto político entre los diferentes líderes de la Independencia, para luego convertirse en una necesidad de incorporar migrantes europeos, preferentemente originarios del norte de Europa, con el fin de aprovechar su tecnología de “vanguardia”, su espíritu “emprendedor” y de “trabajo”, a esto hay que agregarle “rasgos genotípicos de orden, disciplina y templanza”; requisitos mas que suficientes, para desarrollar el proceso civilizatorio y de progreso cultural. Como se ve, lo que se buscaba, explícitamente, era “mejorar la raza”, es decir, querían “blanquearse”. De esta manera, la élite de los criollos dominantes buscaba tener predominancia y dominio sobre el resto de mestizos, mulatos, indígenas, quienes habían jugado un papel importante en las guerras independentistas y guerras civiles, y por lo mismo habían alcanzado altos niveles de autonomía y de decisión y de confianza en su poder.
Sin embargo, Europa en ese momento pasaba por una etapa de supremacía. Su superioridad no solo era económica, sino también racial. Sin embargo, pensar solo como “mano de obra” en esta población era ilógica. El factor económico fue importante, pero, fue supeditada en cierta forma a los aspectos raciales, intelectuales y morales.
El proyecto de la inmigración europea fue considerado de suma importancia para algunos gobiernos latinoamericanos. Para ello se elaboro leyes y se dicto medidas orientadas a ese fin, prueba de ello tenemos la llegada masiva de inmigrantes europeos a Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera década del XX.
De los 12 millones de personas que llegaron a Latinoamérica, 6,4 millones llegaron a Argentina, 4,4 millones al Brasil, 800 000 a cuba, y otro tanto a Uruguay; el resto se distribuyó en cantidades menores por los otros países de Latinoamérica. Las causas para que algunas zonas tuvieran éxito fueron variadas. La integración al circuito económico internacional, de la magnitud en las exportaciones de materias primas y de las inversiones de países industrializados, que resultaron en tempranos procesos de modernización de los sistemas productivos.
Los inmigrantes europeos se dedicaron principalmente a desarrollar la agricultura, especialmente, donde aun había tierra disponible a su llegada. Pero, también contribuyeron a conformar los primeros ejércitos de asalariados urbanos, de pequeños comerciantes y de industrias elementales incipientes.
La inmigración europea “obnubiló” de alguna manera la mente de los lideres de las nuevas repúblicas, por que no les dejo percibir algunos fenómenos que, en cambio, estuvo presente desde la formación de las nuevas repúblicas americanas. Por un lado, la migración entre países de la región tuvo lugar, con particular intensidad en algunos espacios en los que existían vinculaciones económicas, culturales y étnicas anteriores o, que habían conformado unidades administrativas únicas durante la colonia. Las fronteras administrativas entre países dividieron comunidades con fuertes lazos de convivencia preexistentes. Por otro, la política inmigracionista de las nuevas repúblicas, no contemplo prácticamente, planes de inserción laboral de la población indígena o nativa, para lo cual, en muchos aspectos, hubiera representado costos mas reducidos para el estado.